sábado, 5 de mayo de 2012

producto 1 estereotipos culturales "desarrollo de competencias para la atención a la diversidad en y desde la escuela"


Producto I
Estereotipos culturales.

Muchas personas son discriminadas por motivos de raza, sexo, orientación sexual, discapacidad o por padecer enfermedades o trastornos mentales. Para que se produzca la discriminación, por tanto, es necesario ver a la persona discriminada como formando parte de un grupo o colectivo por el que se siente rechazo o desagrado.

 La base de la discriminación suele encontrarse casi siempre en los estereotipos, que son creencias, ideas y sentimientos negativos o positivos hacia ciertas personas pertenecientes a un grupo determinado. Cuando se realiza una valoración negativa de un grupo en base al estereotipo, el resultado es el prejuicio. Cuando los prejuicios llevan a una persona a actuar de un modo determinado respecto al grupo o individuo prejuzgado, el resultado es la discriminación (por ejemplo, impedir que alguien de raza negra o gitana entre en un determinado local o en el caso de nuestros niños que por se “gordito” no es aceptado en el equipo de fut bol, de ahí surgen diferentes cuestionamientos como a continuación señalo

¿Cuál es el proceso que lleva a una persona a despreciar o maltratar a otras por ser diferentes?
1.    Categorización. Todos los seres humanos tendemos a categorizar el mundo que nos rodea para poder manejarlo y entenderlo mejor. Por ejemplo, si entramos en un centro comercial y necesitamos información sobre un producto, buscamos una persona que encaje dentro de la categoría de dependiente y la encontramos fácilmente consiguiendo así, de forma rápida, aquello que deseábamos.

 El problema es que la clasificación social hace que se exageren las diferencias entre grupos y que los veamos como muy homogéneos, de manera que todos sus miembros nos parecen iguales. Por ejemplo, ¿qué imagen viene a tu mente cuando piensas en un contable, un abogado o un albañil?

2. Estereotipos. Esta tendencia a establecer categorías y a agrupar a las personas dentro de ellas es lo que da lugar a los estereotipos, que van más allá de la mera categorización e incluyen rasgos de personalidad, emociones, aficiones, gustos, etc. que se cree que comparten los miembros de un grupo. Así, alguien puede pensar que un contable es aburrido y que no le gustará ir de escalada.
 La información que contienen los estereotipos es la siguiente:

1. Información acertada pero exagerada. Por ejemplo, los hombres son, efectivamente, más agresivos que las mujeres, pero estas diferencias son bastante pequeñas, aunque tiendan a verse como mayores y sólo se dan en la agresividad física, no habiendo diferencia en la verbal.

La mayoría de la gente se forma una impresión de los demás al observar su comportamiento y su ocupación. A veces esa ocupación está asignada por la sociedad. Por ejemplo, en la Edad Media, los judíos apenas podían dedicarse a otra cosa que no fuese la manipulación del dinero. Esto hizo que fuesen vistos como personas cuyas características de personalidad eran ideales para esta tarea.

 Igualmente, durante mucho tiempo, la sociedad ha empujado a las mujeres al cuidado de otras personas o del hogar o a posiciones subordinadas. Esto hizo que fuesen percibidas como maternales, sensibles a las necesidades y sumisas, cualidades requeridas por el rol de ama de casa o subordinada. Así , si muchas mujeres actúan según el rol tradicional de madre sin trabajo remunerado, serán vistas según la imagen tradicional (sensibilidad, calidez, suavidad, sumisión). Esta visión podría perjudicar a una ejecutiva que trata de abrirse camino en una empresa competitiva, creándole ansiedad o conflicto ante la idea de la maternidad, pues incluso ella misma podría empezar a verse de un modo que no encaja con su identidad de ejecutiva.

¿Cuál es la función de los estereotipos? ¿Por qué se mantienen?
1. Aumentar la autoestima. Una de sus funciones es hacer que las personas se sientan bien al compararse con un grupo al que consideran inferior o menos competente. Tendemos a pensar que nuestro grupo es único y sobre estimamos sus cualidades positivas (somos los más inteligentes, los más limpios, los más honestos, etc.), mientras que las características negativas las compartimos con los demás y las vemos como algo que todo el mundo tiene o hace (si robamos y pensamos que todo el mundo roba, nos parece que somos menos ladrones).
2. La discriminación puede beneficiar al grupo que discrimina. Por ejemplo, impedir a las mujeres el acceso a un trabajo remunerado deja libres para los hombres más puestos de trabajo y les da el poder de ser quienes ganan el dinero.
3. Prestamos más atención a aquello que corrobora nuestros puntos de vista. Cuanto más intensamente mantengamos un estereotipo, más tendremos a fijarnos y a recordar la información que lo apoya, la cual, a su vez, los hace más fuertes. Por ejemplo, la persona que piensa que los gays son afeminados, tenderá a fijarse sólo en aquellos cuyo aspecto avale su teoría mientras que no prestará atención al resto.
4. Desechamos o racionalizamos la información que es contradictoria con nuestros puntos de vista. Las personas que piensan que los musulmanes son agresivos considerarán que los atentados perpetrados por musulmanes corroboran su punto de vista. Si ven a musulmanes que no se muestran agresivos, los considerarán excepciones o los categorizarán dentro de un subgrupo aparte no agresivo (por ejemplo, empresarios musulmanes), o bien pensarán que están fingiendo y no se están mostrando como realmente son. De este modo pueden mantener sus prejuicios incluso ante la evidencia que los contradiga.




Al destacar el carácter procesal y complejo del prejuicio, damos cuenta de los diferentes componentes que lo conforman. Hablamos del componente cognitivo, sobre el que actúan fuertemente los medios de transmisión cultural. También del componente afectivo, donde aparecen las emociones que suscita al individuo; y, como consecuencia de los dos anteriores, el componente conductual. Éste último es el que resulta más fácilmente evaluable desde la psicología social. En el estudio que presentamos a continuación centraremos nuestra atención en este último componente, no sólo por su facilidad de evaluación, sino por ser un desencadenante y reflejo de los dos componentes anteriores, el cognitivo y el emocional.

Es importante darnos cuenta como docentes que todos estos estereotipos de prejuicios se dan en nuestras aulas, debemos tomar estrategias que nos lleven a modificar y cambiar estos procesos dentro de la vida cotidiana de nuestros alumnos.

compañero maestro espero te sirva como apoyo en estos nuevos cursos, recuerda que es una guía del trabajo 1 del nuevo taller "desarrollo de competencias para la atención a la diversidad en y desde la escuela" si decides  tomarlo como tu producto realiza algunos comentarios propios y modifica el texto... graciás... por visitar mi blog... saludos a todos!!!! nos vemos en mi próxima publicación.

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